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Dormir ayuda a reparar el ADN del cerebro.

Dormir es para muchos uno de los mayores placeres de la vida. Desde las moscas hasta los animales marinos dedican un tiempo del día a dormir. Todos hemos experimentado la fantástica sensación que precede un buen día cuando hemos tenido un sueño de calidad y reparador. Por el contrario, una mala noche puede ser el preludio de un día en el que nos sintamos mermados en facultades mentales y emocionales.

Dormir es para muchos uno de los mayores placeres de la vida. Desde las moscas hasta los animales marinos dedican un tiempo del día a dormir. Todos hemos experimentado la fantástica sensación que precede un buen día cuando hemos tenido un sueño de calidad y reparador. Por el contrario, una mala noche puede ser el preludio de un día en el que nos sintamos mermados en facultades mentales y emocionales.

Como ya se ha comentado en artículos previos de este blog, dormir es una actividad fundamental para “restablecer” el cerebro. Sin embargo, es erróneo pensar que al dormir nuestro cerebro trabaja menos. Muy al contrario, durante el sueño el cerebro mantiene una gran actividad para poder gestionar la memoria y reforzar las conexiones entre las neuronas que se generan durante los procesos de aprendizaje y memorísticos.

Además, cada vez se publican más estudios que indican que dormir es fundamental para poder mantener la salud cerebral a diferentes niveles, hasta el punto de que la escasez de sueño aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.

Dormir ayuda a “limpiar” de proteínas asociadas con alzhéimer.

Un primer estudio efectuado por investigadores de entidades españolas ha asociado la proteína tau con la falta de sueño. La proteína tau es una de las proteínas que se agrega de manera aberrante en las neuronas del cerebro con alzhéimer. En el estudio se utilizaron ratones en los que se expresaba de manera deficitaria esta proteína, observando que estos animales tenían mayores anomalías en el ciclo sueño-vigilia.

Otro estudio más reciente se ha publicado por investigadores de la Universidad de Washington también efectuado en ratones. En este modelo experimental se observó que durante el sueño disminuía la producción de la proteína tau, mientras que si a los ratones se les forzaba a un estado de vigilia la acumulación de esta proteína aumentaba considerablemente, lo cual se asocia a un aumento del riesgo de alzhéimer.

Algo parecido parece ocurrir en las personas. De hecho, tan solo con una noche de privación de sueño en personas se observa el acúmulo en el cerebro de la proteína amiloide, otro marcador típico de alzhéimer. En un estudio publicado recientemente se observó en personas a las que se privaba de sueño que aumentaban el depósito de amiloide en neuronas frente a otra noche de sueño en la que dormían bien. Además estos acúmulos se observaban particularmente en regiones del cerebro que regulan los procesos memorísticos.

Ello no quiere decir que porque hayamos pasado mala noche vamos a tener alzhéimer al día siguiente. Sin duda se trata de un proceso que de manera continuada puede aumentar el riesgo de deterioro neuronal.

La melatonina es neuroprotectora.

La melatonina es una neurohormona (una hormona producida por las neuronas) que aumenta sus niveles durante el sueño. De hecho, se la considera como la hormona que nos induce al sueño, y es altamente consumida por muchas personas que experimentan problemas para dormir o por aquellas que necesitan contrarrestar el “jetlag” cuando viajan mucho.

Cada vez más estudios científicos demuestran que el trastorno del sueño que se observa en personas que padecen alzhéimer o párkinson se asocia con alteraciones en los niveles de melatonina. En consecuencia, estas personas sufren trastornos del sueño, como insomnio por la noche, o tienen sueño todo el día, como así lo demuestra otro estudio. Con estas evidencias, se considera que la melatonina podía utilizarse como preventivo para padecer enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento.

Por otra parte, se ha demostrado en estudios efectuados en ratones que cuando se trataban con una dosis diaria de melatonina durante 6 meses se observaba que estos animales aprendían más rápidamente, eran más tranquilos y tenían mejor memoria comparados con animales que no habían sido tratados con melatonina. Los autores del estudio concluyeron que estos hallazgos indicaban que la melatonina contribuye a que las neuronas trabajen óptimamente y reduzcan el acúmulo de proteínas que están dañadas, por lo que reduciría indirectamente el riesgo de neurodegeneración.

Dormir ayuda a reparar el ADN de las neuronas

Otra investigación aparecida estos días ha demostrado que el sueño nos ayuda a reparar el ADN neuronal. Incluso podría ser una de las causas por las cuales dormimos, ya que de esa manera recuperamos de alguna manera la funcionalidad del cerebro y revierte los daños que se hayan generado durante el día. Sería una manera de “limpiar” los desechos cerebrales y regenerar la salud cerebral.

Cuando estamos cansados las neuronas acumulan mayor daño genético mientras que dormir contribuiría a reparar estos daños puntuales en las células.

Por consiguiente, todos estos datos apuntan que dormir bien es una de las mejores actividades que podemos hacer por nuestro cerebro.

¡Dulces sueños!

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