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La siesta da longevidad.

En otros artículos he comentado la importancia de dormir bien para mantener la salud cerebral y la memoria. Lo ideal de acuerdo a los expertos es dormir entre 7 y 9 horas. Por otra parte, la siesta parece ser también esencial para la salud. En España hemos tenido ese hábito saludable durante generaciones pero últimamente lo estamos perdiendo. Sin embargo, el cerebro y el organismo lo siguen necesitando. La siesta es una actividad natural que debería recuperarse para la salud.

En otros artículos he comentado la importancia de dormir bien para mantener la salud cerebral y la memoria. Lo ideal de acuerdo a los expertos es dormir entre 7 y 9 horas. Por otra parte, la siesta parece ser también esencial para la salud. En España hemos tenido ese hábito saludable durante generaciones pero últimamente lo estamos perdiendo. Sin embargo, el cerebro y el organismo lo siguen necesitando. La siesta es una actividad natural que debería recuperarse para la salud.

Dormir restablece el cerebro

Me encanta dormir pero no soy de siesta. Con mi carácter hiperactivo en algún momento de mi vida pensé que era una gran pérdida de tiempo, si bien necesito dormir mis 8 horas reglamentarias.

Los animales también dedican tiempo a dormir. Desde las moscas hasta los animales marinos, todos ellos dedican un tiempo al día a esta actividad.

Para el cerebro en particular, dormir es esencial. De hecho, cuando no tenemos un sueño reparador, acusamos inmediatamente la merma de nuestras facultades mentales, una mayor irritabilidad y menor control de las emociones e incluso una peor percepción de uno mismo. La falta de sueño nos baja la autoestima.

Si bien hay aspectos del sueño que todavía no se conocen bien. Se sabe que dormir nos ayuda a afianzar la memoria y seleccionar los recuerdos que perdurarán en la memoria. Dormir no implica que el cerebro trabaje menos. De acuerdo a las investigaciones, el sueño contribuiría a gestionar la plasticidad de las neuronas y las conexiones que establecen entre ellas. De manera sencilla, sería como priorizar las interacciones entre neuronas que se van a mantener o reforzar frente a aquellas de las que se va a prescindir.

Por otra parte, dormir es fundamental para preservar la juventud cerebral hasta el punto de que la escasez de sueño aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.

Dormir para limpiar el cerebro.

Algunas investigaciones han asociado la falta de sueño con una mayor acumulación de la proteína tau. Esta proteína es la responsable de la formación de los ovillos neurofibrilares en las neuronas, es decir, acúmulos de agregados insolubles que provocan neurotoxicidad. La acumulación aberrante de la proteína tau se considera unos de los factores asociados con la enfermedad de alzhéimer.

Algo parecido ocurre con la proteína amiloide, otro factor de riesgo de alzhéimer.

Se ha demostrado que tan solo con una noche de privación de sueño era suficiente para detectar una mayor acumulación de agregados de amiloide en las neuronas, en particular en la áreas cerebrales que gestionan con la memoria.

El sueño repara el ADN de las neuronas.

En épocas recientes se ha postulado que dormir también contribuiría a reparar el ADN de las neuronas para recuperar una mejor funcionalidad del cerebro. Sería una manera de “limpiar” los desechos cerebrales y regenerar las células.

Cuando estamos cansados las células disminuyen su capacidad de evitar el daño genético, mientras que tener un sueño reparador (nunca mejor dicho) sería una buena solución para enmendar los fallos genéticos menores de las células.

La siesta es también necesaria

La mayoría de los seres humanos nos hemos adaptado a un estilo de vida y horarios que nos obligan poder dormir únicamente una vez al día, de preferencia por la noche. Sin embargo, en épocas anteriores los humanos seguíamos un patrón distinto en la forma de dormir en la que se combinaba dormir por la noche y también a primera hora de la tarde. En países como Argentina, Japón, Grecia o España todavía se conserva esta tradición en particular en el ámbito rural. Por otra parte, en algunas culturas que todavía conservan sus tradiciones ancestrales como es el caso de algunas tribus de cazadores-recolectores en África, la siesta es una parte integrada en sus costumbres y hábitos de vida.

De acuerdo a las investigaciones sobre los hábitos de sueño, además de dormir por la noche entre 7 y 9 horas también se debería incorporar una siesta de entre 30 y 90 minutos antes de las 4 de la tarde. Ello responde incluso a patrones genéticos bifásicos intrínsecos al organismo humano. Seguramente habrás podido comprobar cómo la mayoría tenemos momentos de somnolencia a primera hora de la tarde. Nuestro cuerpo y mente nos están reclamando echar una cabezada necesaria para la salud.

Hasta el punto de que la privación de la siesta parece aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en un significativo 37%.

Dormir la siesta alarga la vida.

2 respuestas a «La siesta da longevidad.»

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