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La carencia de omega-3 fomenta la desmotivación

Los circuitos de recompensa suelen estar alterados en muchas enfermedades psiquiátricas (depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia). Sin embargo, todavía se sabe poco sobre la razón de estas alteraciones. Las nuevas investigaciones indican que un aspecto que influye es la carencia de las grasas omega-3.

Los circuitos de recompensa suelen estar alterados en muchas enfermedades psiquiátricas (depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia). Sin embargo, todavía se sabe poco sobre la razón de estas alteraciones. Las nuevas investigaciones indican que un aspecto que influye es la carencia de las grasas omega-3.

Grasas omega-3: esenciales para el cerebro

En otros artículos de este blog se ha comentado la importancia de las grasas omega-3 para la salud de la cabeza. Estas grasas no se producen en el cerebro, y apenas el hígado genera suficiente para cubrir siquiera las necesidades básicas.

Por consiguiente, tan solo podemos abastecernos de las grasas omega-3 a partir de los alimentos. Fundamentalmente se trata de los aceites de pescado y las algas. También se consideran ricos en omega-3 algunos grasos (semillas de linaza, de chía, frutos secos) si bien este tipo de omega-3 es tan solo uno de ellos. Nunca se puede cubrir las necesidades de omega-3 tan solo con semillas o frutos secos, ya que te podrían faltar los dos más relevantes: el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA).

En mis libros “Dale vida a tu cerebro” y “Pon en forma tu cerebro” (Roca Editorial) tienes todos los detalles sobre fuentes ricas en estas grasas, cantidades recomendadas y un sinfín de recetas.

Omega-3 para el ánimo

Aunque estas grasas no se “gastan” como lo podrían hacer las que consumimos cuando hacemos ejercicio, se van degradando progresivamente, por lo que también hay que reponerlas.

Algunas de las consecuencias de las carencias de omega-3 en el medio plazo son el desánimo. Por ejemplo, en un estudio anterior se demostró que ratas alimentadas durante 10 semanas con aceite de hígado de bacalao (rico en estas grasas) tenían mejor actitud y más energía. Observaron que este comportamiento se correlacionaba con los mejores niveles de los neurotransmisores para el ánimo, como es el caso de la serotonina. Los neurotransmisores son las moléculas que utilizan las neuronas para comunicar entre sí.

La alimentación rica en omega-3 para mejorar la dopamina

En un artículo en el que participé publicado en “La buena vida” (El País) me preguntaban sobre la moda de los trabajadores de Silicon Valley de hacer lo que llamaban “ayunos de dopamina”. ¿En qué consiste? Evitar los placeres: sexo, comida suculenta, estupefacientes, dispositivos electrónicos, etc. en el ánimo de bajar los niveles de dopamina y poder así regular las adicciones.

La dopamina es un es un neurotransmisor básico del sistema nervioso central. El cerebro la necesita para múltiples tareas, relacionadas con la memoria, la motivación, la recompensa, el aprendizaje, la atención y los estados de alerta. También está implicada en funciones motoras y se estimula cuando nos enamoramos.

Para saber en qué medida la función de la dopamina puede verse afectada por la carencia de omega-3, se efectuó un estudio en el que se mantuvieron ratones de laboratorio en una dieta baja en estas grasas desde la gestación y a lo largo del desarrollo.

Las consecuencias de este déficit resultaban en un desequilibrio de la proporción de grasas en el cerebro. Además, se generaron carencias de las grasas esenciales en algunas poblaciones de neuronas.

Por otra parte, al analizar los niveles de dopamina y de las moléculas que estimulan las neuronas para responder a dopamina (receptores) se observó que había carencias en estas proteínas.
Como consecuencia de esta alimentación con carencias de grasas omega-3, los ratones cuando llegaban a adultos presentaban comportamientos de desmotivación, capacidad de reacción y desequilibrios cognitivos, aunque no se veía afectada su movilidad.

El estudio concluye que hay un vínculo directo entre la escasez de omega-3 en el cerebro por no incorporarlo a la alimentación y la reducción de las neuronas que responden a dopamina para inducir ánimo y motivación.

Aunque este estudio se hizo en animales de experimentación y no puede trasladarse directamente al efecto en las personas, no cabe duda que es de relevancia, teniendo en cuenta que los omega-3 se requieren en el cerebro para la función y conexiones neuronales de todos los mamíferos.

¡Que no te falten estas grasas para que el cerebro esté en forma toda la vida! Pero recuerda que sean las grasas apropiadas. El exceso de grasas saturadas y otras grasas menos saludables pueden generar adicción por la comida, neurotoxicidad e inflamación.

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